¿Y qué si me he desmoronado por
partes? Unos gritan, otros lloran en silencio o se muerden la boca mientras tratan
de respirar por su nariz congestionada, hay aquellos -que incluso- acuden a la
flagelación minúscula, pequeños golpes, pellizcos o cortaduras, para tratarse
de demostrar que siguen en esta realidad,
pero ninguno – y de aquello guardo una certeza absoluta- se enfrenta a
esta situación en completa cordura.
A Verano y Krimea no se les
enseñó la palabra confianza. La mañana anterior, Krimea había insistido, con
una tenacidad increíble para una niña de 7 años, en la necesidad de una cerca alrededor
de la casa. Nunca imaginé que unas horas más tarde me arrepentiría de no tomar
en cuenta su sugerencia. Sé que nada hubiese cambiado, pero le hubiera otorgado
tranquilidad por unas cuantas horas. Verano no tuvo tiempo para entender el
miedo. Me aterroriza pensar que con dos años menos que su hermana, Verano entró
en conciencia del mundo con los gritos desgarradores de esa noche.
Mis dos nietas son zeru-zeru,
nacieron con su cuerpo muerto. Y aquí todos (políticos, policías, militares,
religiosos, familiares, pobres, ricos, buenos y malos) saben que sus cuerpos son
un poderoso talismán para la suerte e incluso para evitar la muerte.
Verano nunca pudo hablar luego de
aquella noche, no se debe a un motivo físico. Simplemente no tiene nada que
decirle al mundo. La veo allí, toda la mañana, en el umbral de la casa. Tiene
sus ojos tristes y llenos de miedo. Yo también tengo miedo. Bajo mi cama se encuentra lo que quedó del
cuerpo de Krimea. Sé que si la entierro en otra parte, incluso si lo hago en mi
patio, regresarán por sus huesos.
Estoy aprendiendo a lidiar con el
recuerdo. Eran cerca de 11 personas y entre todas ellas reconocí a mi hijo, tío
de Krimea, y a dos vecinos. No pude ver lo que pasaba en la cama de las niñas, únicamente
los vi entrar con machetes maltrechos y afilados. En los cuentos que hemos
escuchado, se dice que las extremidades arrancadas del cuerpo de los zeru-zeru guardan
su magia únicamente si el “negocio” -como también llaman a los zeru-zeru-
permanece con vida. Por eso, luego de amputarlas lanzaron diésel al cuerpo de
las niñas para cicatrizar sus heridas y así evitar su muerte. Verano vive sin
sus dos piernas y con un solo brazo, pero la magia de Krimea se agotó esa misma
noche.
Una extremidad de albino puede
llegar a costar hasta USD 10.000, en un país que se muere de hambre y en el que
los políticos utilizan pociones fabricadas con huesos, pelo y piel de albino para
asegurarse la victoria.
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