3.8.15

Adivíname


A veces no sobrevivimos. Estoy en una oficina todo el día. Acá el clima es incomprensible: acá, quizá sea yo, no se comprende nada. Escucho a todos, siempre hay argumentos a favor y contra; creativos y aburridos. Tengo la alucinación de haberlo escuchado todo, estoy harto, desolado. No termino ningún libro que comienzo, busco un argumento que me libere. No lo encuentro. Que desperdicio esto de aniquilarse lento. ¡Basta! Por mi piel se restriega un recuerdo, lo desprendo, lo miro fijamente a los ojos, me permito la ira, el descontrol y lo envuelvo como un pequeño rollo y lo dejo en una vereda por la cual nadie marcha. No importa cuánto nos aferremos, al final no sobrevivimos. 

Adivíname / Jacko

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