El último día de marzo cayó jueves, fue el último jueves 31
del año. La tarde fue radical e impensada. Leía “La insoportable levedad del
ser” de Kundera, atendía a la idea de un pequeño diccionario de palabras
incomprendidas. Al empezar la noche todo me pareció intimidante. Asistimos,
perdimos y nos fuimos. Regresé, me quedé y se fue. Y con esa partida se fueron
las voces incompletas. ¿Qué podemos hacer cuando ya lo hemos dicho todo? Nada.
Por eso, estimado lector, estamos seguros que no hay nada más que decir. Se
mueren las voces incompletas. Frente a esta intensa realidad partimos. Todos
mueren solos.
¡Salute!
Brindé con ron y cerveza
|
Adiós / Jacko |