20.5.16

Descripción

Haga un ejercicio de descripción. Café y periódicos desparramados. Una botella de agua en medio de otros papeles. Una carta escrita a mano y un lápiz con el borrador roído. Es medio día y el cielo está despejado. No suelo escribir a esta hora. Una ventana abierta. El olor de las flores del patio. “De la seducción”, de Baudrillard, en el suelo a un lado del escritorio. También poesía y música. Parra, Pizarnik y Plath. También, Extremoduro y Strauss. Siempre quise escuchar un acetato de Extremo. El café se acaba. Una página de acerca del nihilismo de Ernst Jünger se agita con el viento. Otros papeles vuelan del escritorio. Mi piel erizada. Ella, su sonrisa. Su mirada atenta. No hay palabras. Su respiración se sincroniza con la música. Otra vez sonríe de medio lado. Grietas en la pared. El piso frio. Fuera, un perro se enfrenta a otro. Ladridos. Ahora suena Georgina Buho con un cover. Sus manos sobre sus piernas. Antes de ella el mundo palideció por un tiempo. Con ella, los colores desbordan. Un calendario de hace un año. Hace sol pero siento frío. Sus brazos a mi alrededor. Calor. Se me escapa una frase: “me rescatas del mundo”. No hay respuesta. Silencio. Sonreímos. Somos. No hay ninguna otra persona. Solos. Cuatro palabras que empiezan con una “S”. Yo no sé bailar. Su cuerpo junto al mío. Una Coronita Aterciopelada (un picaflor) descansa en las rejas de la ventana. Nos mira, se va. Vuela. Un beso. Repentina contractura de los músculos de mi espalda. Gira. Ella, se sienta sobre mis piernas -me alegra que esta silla de madera resista-. Me mira. Conversamos. El atardecer. No sé qué hora es. Sus ojos cafés. Oscuros. Un lunar en su mejilla izquierda. Aparto el cabello de su rostro. Respiro profundamente. “Así como se dice que una cosa dura porque su existencia es inadecuada a su esencia, hay que decir que lo femenino seduce porque nunca está donde se piensa”. Jünger


Jacko / Fuera


0 comentarios:

Publicar un comentario