Haga un ejercicio de descripción. Café y periódicos desparramados.
Una botella de agua en medio de otros papeles. Una carta escrita a mano y un
lápiz con el borrador roído. Es medio día y el cielo está despejado. No suelo
escribir a esta hora. Una ventana abierta. El olor de las flores del patio. “De
la seducción”, de Baudrillard, en el suelo a un lado del escritorio. También
poesía y música. Parra, Pizarnik y Plath. También, Extremoduro y Strauss. Siempre
quise escuchar un acetato de Extremo. El café se acaba. Una página de acerca del nihilismo de Ernst Jünger se
agita con el viento. Otros papeles vuelan del escritorio. Mi piel erizada.
Ella, su sonrisa. Su mirada atenta. No hay palabras. Su respiración se
sincroniza con la música. Otra vez sonríe de medio lado. Grietas en la pared.
El piso frio. Fuera, un perro se enfrenta a otro. Ladridos. Ahora suena Georgina
Buho con un cover. Sus manos sobre sus piernas. Antes de ella el mundo palideció
por un tiempo. Con ella, los colores desbordan. Un calendario de hace un año. Hace
sol pero siento frío. Sus brazos a mi alrededor. Calor. Se me escapa una frase:
“me rescatas del mundo”. No hay respuesta. Silencio. Sonreímos. Somos. No hay ninguna
otra persona. Solos. Cuatro palabras que empiezan con una “S”. Yo no sé bailar.
Su cuerpo junto al mío. Una Coronita
Aterciopelada (un picaflor) descansa en las rejas de la ventana. Nos mira,
se va. Vuela. Un beso. Repentina contractura de los músculos de mi espalda.
Gira. Ella, se sienta sobre mis piernas -me alegra que esta silla de madera resista-.
Me mira. Conversamos. El atardecer. No sé qué hora es. Sus ojos cafés. Oscuros.
Un lunar en su mejilla izquierda. Aparto el cabello de su rostro. Respiro
profundamente. “Así como se dice que una
cosa dura porque su existencia es inadecuada a su esencia, hay que decir que lo
femenino seduce porque nunca está donde se piensa”. Jünger
El feo asunto de García Montero y Gil de Biedma ("una vida en el armario")
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Del feo asunto de Gil de Biedma se han dicho esta última semana muchas
cosas, pero acaso las más insólitas se deban a García Montero, con ocasión
del hom...
Hace 3 años
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